Havana / Mid seventies / Photo by Ernesto Briel.
Francis Bacon, dijo “…si algo se puede explicar, para que pintarlo”.
Yo que, en vez de estar pintando, me he enredado con esto de explicar estampitas fotográficas del “Narciso-hijo-de-Caín” frente al espejo que, en un final, siempre he sido; buscando la reafirmación de la presencia de mi existencia en su reflejo. Así de lindo*.
Aun insisto en una nota Apéndice.
Hay demasiada y complicada trama sobre la urdimbre de lo que fue, es, y posiblemente será; la planificación (¿…?) de la economía socialista en Cuba. A estas alturas intentar de explicar lo desastroso de sus fallos seria tan inútil e incomprensible como proponerse hacer un tratado sobre letrinas y esperar interesados en el asunto. La cosa apesta.
Pero de todas formas, porque la fotografía ha sido el hilo conductor de mis notas, ahondaré en el desastre sobre este asunto.
Cuando en 1962, me propuse mi testimonio fotográfico; escoger la foto-carnet fue como escoger la duradera piedra en el mundo antiguo. Nuestro hombre nuevo del futuro iba a necesitar los carnets, a granel.
Gracias a mi trabajo en el Centro de Investigación y Diseño, con ínfulas de Bauhaus tropical, con el inútil propósito de mejorar el diseño de la industria ligera en Cuba (¿…?) un aspecto del trabajo de nuestro equipo de diseño era el de consejero, inspector y critico, combatiendo el mal gusto imperante en Cuba Artesanía, por ejemplo. Trabajando bajo las orientaciones canalizadas desde las altas esferas. ¡Que jerga! También inspeccionábamos centros fotográficos. ¿Quién me lo iba a decir? Regalo del destino.
Lo primero que saltaba a la vista, era la exorbitante cantidad de servicios individuales-al cliente reflejada en las metas 'sobre cumplidas' por estos centros en sus informes de productividad; cuando en realidad era prácticamente imposible recibir servicios fotográficos, punto.
La verdad del misterio era fraude, y nada menos, que perpetrados por 'los integradísimos' dirigentes de estos centros. Recordar... que en Cuba no hay propiedad privada. El fraude consistía en contar las cabezas de cada persona fotografiada en fiestas de cumpleaños y matrimonios, etc. Y considéralas como 'servicio individual'. Para, con tranquilidad, usar los líquidos y materiales fotográficos 'sobrantes' en sus proyectos privados.
Elementary, my dear Watson!
Curiosamente, en los primeros nueve años en USA a los marielitos (antes de la caída del muro de Berlín) por el hecho de haber abandonado aquella 'maravilla' por nuestra adulta voluntad; éramos frecuentemente confrontados. En círculos como la NYU donde en mi caso llegué a tomar un curso de inglés; se me reprochaba semejante insensatez, por gran parte del alumnado ab-zurdo izquierdozo, incluyendo al profesorado.
Mi lema: “Cuanto, sinceramente, desearía que en vida puedas hacer tus sueños realidad”, era la cínica respuesta a estos amamantados de la teta capitalista, con añoranzas de Paraíso rojo. “Vívelo y gózatelo y en veinte años nos volvemos a ver para de igual a igual, discutir inteligentemente este asunto”.
I'm so tired!
*Mi proyecto Testimonio de presencia, en el cual soy mi propia obra de arte, a través del recurso fotográfico, cubre 17 años entre las fechas 1963-1980. En homenaje a mi 60 cumpleaños de sobreviviente. Hoy con mi testimonio escrito en una indiscutible pieza de Arte Conceptúal.
Estoy trabajando en una definitiva pieza visual con 50 años de trayectoria.
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