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Tuesday, May 29, 2012

Reinaldo García Ramos / No pude decirle / Life' Line

Mi querido amigo Rey, como yo, fue un cienfueguero en La Habana.  Pero nos conocimos en 1980 en Nueva York, USA. 
Hoy llega equipado a mi proyecto Línea de vida con unas fotos-carnet agrupadas con el mismo propósito y en similar fatídica circunstancia generacional. Similitud que lo hace idóneo al proyecto, además de ser este magnifico texto suyo uno de mis favoritos de siempre.

 

NO PUDE DECIRLE
Sí, mi tía del alma… Sáquenme de este pozo, de esta cueva; sáquenme de estas aguas empantanadas, de estos abismos del demonio, échenme una mano para salir del laberinto; no dejes de pensar en mí; trata de resolverme este problema, que yo nunca te he pedido nada…
Sí, tía mía, ya no puedo resistir la vida en esta ruina, en esta asfixia; no dejes que me sigan arrebatando el tiempo, que me destruyan las ilusiones, mira que yo soy tu sobrino más querido, el que más te ha extrañado…
Ah, mi tía adorada, no te olvides de mí, sácame pronto de este agobio, no dejes que me muera oyendo estos discursos… Mira que cada día imponen nuevas leyes, nuevas prohibiciones, y a lo mejor me llaman para el ejército y me mandan a hacer la guerra en un país extraño…
Escúchame bien, ya este país no se parece a nada, es una abominación que se repite cada día… Y a mí no me quedan ya alegrías ni deseos, y casi todos mis amigos piensan también irse… Y tengo hambre, he perdido peso, me dan mareos, parezco un fantasma de tan pálido y flaco que estoy, un zombi que deambula por estas calles desbaratadas, llenas de basura y de perros sarnosos…
Y no me dejan descansar con tantas reuniones y asambleas, me citan constantemente para hacer trabajos “voluntarios” que no quiero hacer, pero que hago, guardias que no quiero hacer, pero que hago…
Sí, mi tía, en este país todo se ha vuelto obligación, nada está decidido por nosotros mismos… Nos movemos dentro de una negrura enorme, como si estuviéramos metidos en una piedra y no pudiéramos movernos…
¿Te das cuenta? Tu sobrino del alma, el que tú más querías, el que una vez fue corriendo a buscarte el médico y una bolsa de hielo cuando te dolía no me acuerdo qué… tu sobrino más inteligente, muchas veces lo dijiste, el más aplicado en el colegio, el que sacaba mejores notas que tu hija y que los demás niños del barrio…
No, no lo dejes para luego, mándenme a buscar en cualquier barco, en un bote de remos, en una chalupa pequeña, no importa… Ustedes allá no se pueden imaginar lo que es esto… Cada día son más y más las cosas que prohíben, más y más los que deciden irse…
Y a lo mejor, mi tía, esto de Mariel lo cierran mañana mismo… Tienes que apurarte, manda ese barco sin perder ni un segundo…
Sí, se acabó el tiempo, el tiempo que dan para la llamada… Aquí todo lo que hay se va acabando, y cada vez más rápido… Mañana mismo quisiera estar allá contigo…
Sí, hagan todo lo que tengan que hacer para sacarme de esta isla… No dejen de pensar en mí… Piensen que a lo mejor no dan otro chance como este más nunca…
Apúrense, vengan a buscarme pronto… No pueden dejarme aquí… Esta puede ser mi última oportunidad… Yo los llamo otra vez… O me llaman ustedes... ¡No se olviden de mí!
[Capítulo del libro Cuerpos al borde de una isla; mi salida de Cuba por Mariel, publicado por la Editorial Silueta, 2011]

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