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Friday, January 21, 2011

Hablando Bloguerias No.52

Recién llegado yo, a Nueva York en los tempranos 80, cuando aun vivía frente a Macy’s, Julito, mi bondadoso arrendatario me obsequió un "Coffee-table book" de “Pablo Picasso On Velázquez”, en el cual Picasso descomponía con decenas de dibujos Las Meninas Velazqueñas. Lo tuve muy poco tiempo en mis manos, pues al ser descubierto por Florencio García Cisneros (el legendario director de Noticias de Arte), terminó en manos de un coleccionista. Con una muy atractiva ganancia para el “Marielito” de esta historia.


Mi interés por Velázquez había comenzado varios años antes de esta anécdota. Fue a partir de Las Meninas, y por razones que van más allá de la “nena bonita” y el acicalamiento, que al parecer esta siendo sometida por los otros personajes circundantes. Aquí hay razones más fuertes que el mero retrato. La composición del espacio se roba el “protagónico”. Prácticamente la mitad superior del cuadro es “puro techo”, y en gran parte de su lado inferior izquierdo es nada menos que el propio pintor en su faena, que sumado al juego laberíntico de espejos conforman a este monstruo, demasiado insólito para entonces y simplemente fascinante al ojo moderno.

Mi tela "Diego On My Mind" / Colección Palacio de la Zarzuela de Madrid, España.

Yo cuando tomo el tema Velazqueño de retratos de La Corte, juego con la forma y estructura. Parodio el tema “Infanta” con la calle habanera. Y someto tema y forma al sistema Tessellation.
El insuperable virtuosismo pictórico de Velazquez es “harina de otro costal”.

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