Desde toda una vida (expresión correctamente adecuada para mi edad) fui miope a la ortografía y a otros recursos necesarios para una buena comunicación por escrito.
En mi juventud la palabra “blo-Q-ueo’ se usaba para culpar la "malfunción" de aquel engendro de sistema político al cual, yo, muy privadamente llamaba “Rebecca”.
Y el “blo-G-ueo” de hoy no estaba previsto en el futuro (tradicional-el que Dios manda) ni el paradójico virtual-luminoso, prometido. O sea que lo que yo “pintaba” allí, era eso; pintar. ¿Y "que…ño pinto" yo en un blog? …escribir.
Decía que padecía de miopía para con la palabra escrita; pero lo que nunca se me escapa es el sonido de las palabras con sus caprichosas coincidencias.
Por ejemplo la “Guntanamera” es la canción bandera de la Cuba de hoy, pero “guantanamera” lo es también la base militar del "enemigo" en la misma Cuba de hoy.
Lo mismo me sucede con el nombre , Mariela...(Mariel...) cuando para colmo, viene acompañado del Castro-apellido; pues a mi entender evoca, la contradicción intrínseca en su agenda política. Una especie de revés-victoria, victoria-revés.
¡Como me encanta divertirme con la ideología!: Pecado numero cepeteciento en mi isla natal; con aquel sistema tan a lo “Rebecca” de Alfred Hitchcock.
Rebeca; "...el sonido de un nombre que automáticamente evocaba, el misterio hacia una perfección, soñada e ignorada". El que ha visto la película hasta el final, sabe de que hablo.
Esta “descarguita” ocupa muy oportunamente el espacio correspondiente al 15 de Mayo, día “del llamado a mi puerta”, en 1980, y preludio definitivo a mi salida “vía Mariel” hacia el “Norte revuelto y brutal”: Mientras iba repitiéndome mentalmente, esa tan oportuna y latosa consigna: ¡Al llamado de la patria; presente!
Además, la publicación del dibujito de hoy, le viene muy apropiado al asunto de las palabras y el sonido de las palabras.
Clever! Rebecca delightful.
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