Cepp Selgas / Hormiguero / Tinta sobre papel / 8X8in. /1975 / Revista Signos,1976.
Google es una maravilla. Busqué Mayo 1980, y ahí estaban los días con sus nombres y numeritos correspondientes.
Con este perfecto juego de espejos, afirmo, que un día como hoy hace 30 años, me lo pasé buscando y rebuscando en mi mente; “la escoria” que al final de mis cavilaciones, comprendí, siempre había habitado en mi corazón.
En realidad todos “los seres cubanos” que habitábamos aquella isla, sabíamos perfectamente quienes eran “la escoria” en cuestión. Pues la guerra contra ella conformaron desde leyes escritas, discursos, interminables, encarcelamientos, campos de concentraciones, expulsiones, etc.; hasta en fin, la oficialización a la persecución de cualquier manifestación de la misma, desde el muy lejano, temprano “Génesis-1959”.
Recuerdo de los tempranos 60, el primer acto de repudio al que fui obligado a participar con mis compañeritos de la primaria, fue (contra la “escoria” religiosa) en un “divertido" paseo en camión alrededor del parque del pueblo, desde el cual gritábamos: “Los curas ladrones, que se quiten las sotanas y se pongan pantalones”…”Las monjas derechas, que se quite las sotanas y se pongan saya estrecha”.
Desde muy temprana edad, “niño y revolución” nos divertíamos parodiando canciones de moda para la “escoria” de ocasión. Escoria fueron los de la vida nocturna, los jóvenes que seguían la moda internacional, las prostitutas, proxenetas, los artistas de cabarets, los homosexuales, la mayoría de intelectuales y artistas en general, los profesores del viejo sistema, los “gusanos” idos del país y por pretender irse de él, o sospechosos de querer hacerlo, etc.
Al fin de cuentas lo único realmente producido por este engendro de revolución va a terminar siendo: Simple escoria.
Escoria. En realidad, éramos (o lo parecíamos) prácticamente todos los de mi generación. Habíamos vivido diez años de la Cuba capitalista, lo cual nos hacia niños pero no bobos.
El caso de nuestros mayores era diferente pues en su gran mayoría habían creído ciegamente en que la Revolución iba a ser la solución de todas sus “X” frustraciones, y ellos en un principio, sí llenaron “La Plaza”, entusiasta y voluntariamente. Ya cuando se dieron cuenta de la trampa, era muy tarde; pues para ese entonces todos íbamos a ella, obligados.
En 1980, después de dos décadas de comunismo, los otrora “ingenuos” padres y los nada-bobos –niños de antaño; compartían la misma eufemística “bola de humo”.
Hoy después de 30 años del Mariel, doy gracias a Dios todo poderoso, a la Embajada del Perú y a los valientes que la invadieron. También al exilio cubano de Miami, al presidente Jimmy Carter y a la oportuna intransigencia del “otro-todo-poderoso” isleño.
Y sobre todo, gracias a que en ese año de Dios, Mariela Castro no tenía voz ni agenda. Estos Castros son la pata del diablo!
Nota: Las expresiones: “aquella isla” y “los seres cubanos” son deliberadamente tomadas del ingenio de Zoé Valdés. A ella agradezco su recomendación e introducción a mi “Mnuscrito…”.
ReplyDeleteAsi mismo Selgas, en "aquella isla" (porque no es una isla cualquiera!),todos eramos (y son) "escorias". Y contrariamente a la acepción negativa de la palabra, me siento orgulloso de haber sido para ellos, una "escoria".
ReplyDeleteQué bien reflejas el uso de la psicología de masas y la cultura del insulto para la represión política.
ReplyDeleteLa serie "Salala y Goza" es magistral, igual que las ilustraciones, que las tenias muy escondiditas...manteniendolas alejadas de los ojos y manos ansiosas. Un post tan magnifico como el "escorial" para recordar un post de Zoe de hace unas semanas...
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