DES-ART-CHIVANDO:
Cepp Selgas / Aviso / Tinta sobre papel / Revista Signos, Cuba / 1976.
Paseo del caballo
*
Encanta el caballo viniendo de flanco,
el caballo con sus cuatro cascos provocando la tierra;
encanta en las mañanas con descargas de fusilería.
Pero advertid que el caballo no comparte nuestra admiración.
El caballo es llevado por su carne
y lo que de él se mueve en un espacio es su forma:
su forma que podría ser o una flor o un guante.
El caballo ocupa un espacio más su relincho.
Encanta el caballo cuando caracolea.
Estas suertes gentiles son la desesperación en sí mismas;
si el caballo quisiera caracolear nada más que para sí
tendría que caracolear y permanecer cosido al suelo.
Pero el pueblo es cruel y le encanta el caballo
en las mañanas con el asfalto mojado por el rocío.
Un latigazo, y el caballo avanza piafando.
Pero el pueblo ignorará siempre que el caballo
no sabe que él es un espectáculo matinal.
!Mirad cómo avanza un caballo llevado por su forma!
1945
*
Este viejo poema de nuestro genial Virgilio Piñera, como pueden ver, fue escrito anteriormente al año 1959. Mi viñeta es posterior, pues la hice para la sección “AVISO” de la revista Signos de Samuel Feijóo en 1976. Ambos comparten el mismo tema del "caballo" y por fuerzas del destino, el mismo tabú. Tabú originado por el hecho, que nuestro Comediante en Jefe y Caballo, pasaron a ser desde 1959, el mismo animal, por desgracia del segundo, que en realidad siempre fue el primero: como todo el mundo sabe.
Este poema de Virgilio, era siempre excluido de las antologías Pos-59, y mi dibujo no hubiera salido a la luz, de no ser por la autonomía que disfrutaba Feijóo en la cultura cubana.
De esperar fueron las cartas que siguieron la publicación de Signos No. 18 de 1976; pues no hubo alimaña combativa que no saltara, con insultos que cubrían desde mi dudosa integridad moral, hasta ciegas acusaciones de plagio a M.C.Escher, con el énfasis al “osado” tema del caballo…y para colmo con un “aviso”.
De este “repudio epistolar” supe, por el mismísimo Feijóo. Y también de su sentencia para rematar el asunto: “En SIGNOS, no mandan los curas rojos ni su Papa”.
Samuel Feijóo o como se solía llamar a, sí, mismo; “Fe-y-ojo”, siguió, no sólo publicando mi trabajo: Su recomendación para la Escuela Nacional de Diseño, fue básica para mi reingreso al sistema artístico-educativo.
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